El pasado miércoles la Unión Europea y Mauritania han llegado a un acuerdo que aún debe ser ratificado por el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros Europeos de Pesca, y sustituye al que expiraba en noviembre de 2019 y que ha sido prorrogado por la crisis sanitaria. El acuerdo ha sido objeto de duras negociaciones, especialmente en términos de volumen de negocio para la UE, de especial interés para las flotas españolas. Mauritania, por su parte, está ultimando su estrategia nacional para el sector, con polémicos debates sobre el lugar de la pesca artesanal, la influencia china y la pesca industrial para piscifactorías.

El acuerdo, que tendrá una validez de 5 años, tiene como objetivo una armonización gradual de las posibilidades de pesca ofrecidas a los buques de la Unión que operan en aguas de Mauritania con su actividad real, teniendo en cuenta el mejor asesoramiento científico en el contexto de un aumento seguimiento del estado de los recursos pesqueros en cuestión, apunta la Comisión. Y por ello incluye una cláusula de revisión antes del tercer año de aplicación para permitir el posible ajuste de las posibilidades de pesca y la contribución financiera abonada por la Unión al uso real que se haga de estas. La idea es que no suceda como en el protocolo anterior en el que se han infrautilizado las posibilidades de pesca para peces pelágicos, no llegando a superar la mitad de las cuotas por las que se estaban abonando compensación.

El acuerdo prevé el acceso de la flota europea a aguas de Mauritania para la pesca de crustáceos, peces demersales, atunes y pequeños pelágicos, por un total de aproximadamente 290.000 toneladas anuales. Los buques de arrastre congeladores podrán capturar 3.500 toneladas de merluza negra, 1.450 toneladas de calamar y 600 toneladas de sepia. En lo que respecta al canon que abonarán los armadores, este se incrementa un promedio del 5%, con ajustes para reflejar el precio de los mercados para las diferentes especies.

Durante los primeros años de aplicación del protocolo, además de las capturas pagadas por los pescadores europeos, la UE dedicará 57,5 ​​millones de euros al año a esta asociación. La Unión Europea pagará otros 16,5 millones de euros, repartidos durante la vigencia del protocolo, como apoyo sectorial para acompañar la implementación de la estrategia nacional de Mauritania mediante medidas aprobadas conjuntamente.

Entre las medidas incluidas en el cuerdo se encuentran la mejora de la recopilación de datos mediante la aplicación de sistemas electrónicos para el seguimiento diario y un mejor seguimiento de las actividades de la flota; e incluye un anexo dedicado específicamente a la transparencia, cuyo objetivo es facilitar la recopilación de datos y la difusión de información sobre las actividades de todas las flotas que operan en aguas de Mauritania. Además, se prestará especial atención a la investigación científica y también se mejorarán y controlarán las condiciones sanitarias durante la producción y el procesamiento de productos pesqueros.

El acuerdo con Mauritania es el más importante para la UE en materia pesquera y todavía debe ser ratificado por ambas partes, pero se aplicará de forma provisional a partir del 15 de noviembre, fecha en la que acaba la prórroga del protocolo actual, la segunda de la que se tuvo que echar mano tras la tardanza en alcanzar un acuerdo.